11/29/2006
volare....
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; pero eso sí ¡ y en esto soy irreductible ! no
les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar
¡ pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Esta fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿ Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando se preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba las compras, sus quehaceres...
¡ Con qué impaciencia esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí¡ lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado ¡
" María Luisa! María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡ Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea, ¿ puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿ Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca que con una mujer que tenga las
nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedreste , y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
Oliverio Girondo.
Capítulo 1 de "Espantapájaros"
Foto : Jan Saudek
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9 comentarios:
Buena pared para el fondo.
Bonitas medias...
No tan bueno el culo, medio fofito...
Y EXCELENTE GIRONDO!!!!
ayer vi
"el lado oscuro del corazón"...
grandinetti haciendose el girondo;
una tristeza-
malo malo grandinetti
Mujer, dijo Witoldo; jóven y bella únicamente para convertirte en madre.
Y D.H.Lawrence agregó: "No necesitamos más hijos en el mundo, necesitamos esperanza"
Y yo, yo me quito el sombrero.
si,aunque creo que mas que esperanza necesitamos deseo...
esperanza de que aparezca del cielo un mesias salvador, o esperanza en sentarnos a esperar la solucion
la esperanza,
el último de los males q albergaba en su interior la caja de Pandora.
..."ten cuidado con lo que deseas"*
*wishmaster
Jodé qué bonito
Yo quiero que un día me dediquen una poesía.
Aunque sólo sea de un verso. Y una sílaba.
Volaré!
M'he encantado el primer capitulo. Con lapiz y papel en mano, no se me escape. Quiero encontrar esa mujer voladora!
vuelvo a pasar. genial girondo, claro. el otro día fui a visitarlo a la recoleta. a él y a norah.
saludos.
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